En recientes declaraciones, Edurne Ochoa y Leobardo Rodríguez, voceros del Partido Social de Integración (PSI) en Puebla, han lanzado fuertes críticas contra el Partido Acción Nacional (PAN), acusándolo de recurrir a la violencia política, montajes y prácticas de doble moral. Según Ochoa, el PAN no solo violenta a las mujeres, sino que también crea un ambiente de miedo e inseguridad en los ayuntamientos que gobierna.
El conflicto se intensificó tras las acusaciones de la regidora del PSI, Eva Hernández, quien denunció represalias en su contra por parte del ayuntamiento panista de Cuautlancingo, después de exigir transparencia en el manejo de fondos públicos. Hernández expresó su deseo de que su caso no quede en la impunidad, subrayando la importancia de la responsabilidad en la gestión de recursos del municipio.
Adicionalmente, Leobardo Rodríguez desafió a Mario Riestra, miembro destacado del PAN, a demostrar las acusaciones de intimidación que hizo recientemente, refiriéndose a un incidente con Alejandro M., quien, según Rodríguez, solo buscaba una foto con Riestra. Rodríguez argumentó que Riestra debe presentar pruebas concretas de la supuesta agresión y aceptar un cara a cara con el acusado para esclarecer los hechos.
Estas denuncias reflejan una creciente tensión en el panorama político de Puebla, donde la lucha por la transparencia y la ética se ve ensombrecida por acusaciones de violencia y manipulación. Las partes involucradas se encuentran en un punto crítico donde la veracidad de las acusaciones y la integridad de los políticos están en juego.